(Al hilo de una conversación). Aquí sólo transcribiré a lo que llegamos: cada uno hace la plegaria a su manera, con los elementos que encuentra a mano y a la luz del tipo de calidad que le sea más connatural para en ese momento orar sus armas, honrar su esmoquin, velar por la Salud o rogar por lo que la Salud no parece querer cumplir después de tanta expectativa. Bien. Todo esto tiene una norma que no se sostiene mucho tiempo en la boca: en la plegaria uno no debe citar marcas comerciales. El nombre de marca desengrana cualquier mecánica, y la oración en recogimiento exige crecer en un ambiente estéreo –si stéreos sigue significando sólido aún hoy, como probablemente no-. El rezo no acepta la enunciación de una marca, por eso en la persecución final de The Chainsaw Massacre no se dicen las palabras mercantiles Apolo o Dafne.
It’s a Crime, Magnetic Fields, 69 (1999).