pynchon tartar

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* 7 VÍDEOS PROMOCIONALES PARA Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios
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jueves, 27 de enero de 2011

Croquis de un desafío








Thomas Pynchon, Tonny Tanner, Metthuen & Co., 1982, London



*Esto tiene algo de esgrima, ¿no?

miércoles, 26 de enero de 2011

Revista de Letras


Entrevista sobre Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios en Revista de Letras a cargo de Marc Garcia Garcia:


http://www.revistadeletras.net/ruben-martin-g-este-no-es-un-libro-para-expertos-ni-escrito-por-uno/
















* foto de archivo proporcionada por Alfonso Rodríguez Barrera

miércoles, 5 de enero de 2011

04. Some Thomas are Bigger than Other (Thomas)

Pynchon. Rey de reyes. Los reyes son Ana.
Y, a continuación, el cuarto episodio de pYNCHON tARTAR. ¿Existe el término absordo? 33 segundos de un intercambio de nutritiva furia entre amigos.
*debería ser Thomases?

lunes, 3 de enero de 2011

Quimera 326

Si es cierto lo que se dice en las calles de Célinegrado; amigos, inhabitantes, vecinos de engorrosa cercanía: emparedada entre artículos enormes e iluminaciones que no nos gustaría confesar que necesitábamos hace tiempo, hoy aparece en Quimera una entrevista de Antonio J. Rodríguez al tal Rubén Martín G.

cliquez ici

martes, 14 de diciembre de 2010

pYNCHON tARTAR 00

En nuestro primer episodio de pYNCHON tARTAR hemos intentado mantenernos lo más alejados que nos fuese posible de hacer un prólogo al libro con Alpha Decay. Si alguna clave o revelación se filtra en sus casi 47 segundos de duración, tengan por seguro que es un descuido. O un complot. Contra usted. Y contra usted.

Mañana, miércoles 15 de diciembre, a las 21h en todos los enlaces relacionados con Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios, se emite el capítulo titulado «Barberías de la Razón Pura».

martes, 7 de diciembre de 2010

Vídeos para gente sin orificios

Después de las duras jornadas de corrección y meriendas de corrección hemos decidido elevar un nuevo Sacrificio al Frescor bajo la forma de una serie de episodios contrapromocionales para nuestro libro Thomas Pynchon .Un escritor sin orificios. El espacio se llamará (los niños de todos los países parlohablantes así lo llamarán, al menos) pYNCHON tARTAR y en él intentaremos daros una idea del Estado de Ánimo.

Para no decir que pYNCHON tARTAR es un refugio blablablá diremos que es una cadena de churrerías de castigo convenientemente apostada justo después de Eltrabajo.

Los vídeos los podréis ver a partir de la semana que viene aquí:

http://www.facebook.com/pages/Thomas-Pynchon-Un-escritor-sin-orificios/142218959141924

y aquí:

http://www.facebook.com/pages/Thomas-Pynchon-Un-escritor-sin-orificios/142218959141924#!/group.php?gid=110231399031955

y aquí.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Corrigiendo Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios


La cosa se hace en un bar de estudio perfectamente común; por desgracia no encontramos ninguno sin televisión, aunque descubrimos que a las correcciones tampoco les hace ningún mal el acompañamiento de música western julieandríaca. El trombón festivo marca las caídas de los caballos y la editora marca en rojo frases placenteras cuando no son otra cosa que frases placenteras. Digamos que detiene (intenta detener por su bien) al Llanero Solipsista.

A fiery horse with the speed of light, a cloud of dust, and a hearty "Hi-yo, Silver!"

El Llanero raya con un lápiz no demasiado lejos. Algunos garabatos llevan signos exclamativos y otros no necesitan puntuación porque el grosor o el sentido del trazo ya proporcionan suficiente sintaxis a Volland. El caso es que en el libro que revisamos ya se preveía esta reunión final para fijar el texto:

«La kermesse, la fiesta sorpresa, se celebra en este hematoma pálido. Aquí esperamos a Thomas Pynchon, en el papel, en el color de hueso. Nuestras tropas con el estandarte vacío [...]» (página 15 en el manuscrito).

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mudanza y orificios (1)



Como mi memoria ha demostrado tener un jocoso defecto, y aprovechando que cambiamos de piso (aunque éste será aún más pequeño), diría que ha llegado el momento de ordenar nuestros libros —los de ella y los míos—; pero me encuentro de nuevo ante la cuestión que la última vez, cuando veníamos de más lejos y nos sentíamos más cansados del pueblo que íbamos a dejar, lo desbarató prácticamente todo: ¿debemos reservar un espacio a lo que llamamos libros de cabecera?, ¿cuántos volúmenes delimitan el paso de la reserva libros de cabecera a la biblioteca nuclear conyugal?